lunes, 19 de marzo de 2012

CANTOS PARA LA V SEMANA DE CUARESMA 2012

A tan sólo siete días de la Semana Santa, los cristianos nos encontramos cara a cara con el misterio de la cruz.  Cristo Jesús llegada la hora de su glorificación, al morir como el grano de trigo que cae en tierra, da el fruto de la nueva alianza en su sangre para el perdón de los pecados, como profetizó Jeremías y por la penosa obediencia de su Pasión, una vez constituido Señor, es fuente de salvación eterna para cuantos creen en Él.  Como el grano de trigo, la muerte de Cristo será el principio de la vida.  La Eucaristía nos da la fortaleza que necesitamos para morir al pecado y a nosotros mismos.  Nos ponemos de pie para recibir a los ministros de esta celebración eucarística.






PRIMERA LECTURA


En esta lectura el profeta Jeremías resume toda la experiencia de su vida íntima y toda la enseñanza de la historia.  Dios promete a su pueblo una nueva alianza escrita en el mismo corazón del hombre.  La ley  de su vida será su propia conciencia.  Escuchemos este pasaje del Antiguo Testamento en que se menciona el Nuevo Testamento.



Lectura del libro de Jeremías 31, 31-34


«Mirad que llegan días -oráculo del Señor> en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor - oráculo del Señor-.
Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días -oráculo del Señor-: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.
Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "Reconoce al Señor." 
Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande -oráculo del Señor-, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados.»


Palabra de Dios.


Salmo Responsorial:    V Semana de Cuaresma ciclo B


Sal 50, 3-4. 12-13. 14-15 (R.: 12a)


Oh Dios, crea en mí un corazón puro.


Misericordia, Dios mío, por tu bondad, por tu inmensa compasión borra mi culpa; lava del todo mi delito, limpia mi pecado.


Oh Dios, crea en mí un corazón puro, renuévame por dentro con espíritu firme; no me arrojes lejos de tu rostro, no me quites tu santo espíritu.


Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso: enseñaré a los malvados tus caminos, los pecadores volverán a ti.

Segunda Lectura: 
La segunda lectura, tomada de la carta a los hebreos, el autor subraya la condición humana de Cristo.  Aunque Él es Sacerdote, el Mediador de la Nueva Alianza, Él se sometió a la voluntad de Dios hasta padecer y morir.


Lectura de la carta a los Hebreos 5, 7-9


Cristo, en los días de su vida mortal, a gritos y con lágrimas, presentó oraciones y súplicas al que podía salvarlo de la muerte, cuando en su angustia fue escuchado.
El, a pesar de ser Hijo, aprendió, sufriendo, a obedecer. Y, llevado a la consumación, se ha convertido para todos los que le obedecen en autor de salvación eterna.


Palabra de Dios.



Ha llegado la “hora” de que sea glorificado el Hijo del hombre, dice Él de sí mismo.  En el Evangelio de Juan la glorificación de Cristo significa su pasión muerte y resurrección, que Él mismo nos explicará.  La breve parábola del grano de trigo se centra en la fecundidad del mismo: “Si no cae en tierra y muere, queda infecundo, pero si muere da mucho fruto”.  De pie, por favor, para escuchar este gran mensaje de entrega.





Lectura del santo evangelio según San Juan 12,20-33


En aquel tiempo, entre los que habían venido a celebrar la fiesta había algunos griegos; éstos, acercándose a Felipe, el de Betsaida de Galilea, le rogaban: - «Señor, quisiéramos ver a Jesús.»
Felipe fue a decírselo a Andrés; y Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús.
Jesús les contestó:  «Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo del hombre.
Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este. mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.
Ahora mi alma está agitada, y ¿qué diré?: Padre, líbrame de esta hora. Pero si por esto he venido, para esta hora. Padre, glorifica tu nombre.»
Entonces vino una voz del cielo:  - «Lo he glorificado y volveré a glorificarlo.»
La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno; otros decían que le había hablado un ángel.
Jesús tomó la palabra y dijo:- «Esta voz no ha venido por mí, sino por vosotros. Ahora va a ser juzgado el mundo; ahora el Príncipe de este mundo va a ser echado fuera. Y cuando yo sea elevado sobre la tierra atraeré a todos hacia mí.»
Esto lo decía dando a entender la muerte de que iba a morir.


Palabra de Dios.


ORACIÓN UNIVERSAL

1. Por la Iglesia, nuevo pueblo de Dios: para que sea fermento de un mundo mejor y transmita esperanza a todos. Roguemos al Señor.

2. Por todos los cristianos: para que en estos días de Cuaresma expresemos nuestra sincera conversión en el sacramento de la reconciliación. Roguemos al Señor.
3. La imagen de Jesús crucificado evoca a los que dan la vida, e incluso la pierden, por amor a los demás: para que sean, como Cristo, el grano de trigo que cae en la tierra para dar mucho fruto. Roguemos al Señor.

4. La imagen de Jesús crucificado evoca también a tantos condenados a muerte lenta: para que puedan descubrir a Cristo en el amor de los creyentes y se sientan fortalecidos en la prueba. Roguemos al Señor.

5. La imagen de Jesús crucificado nos anuncia sobre todo, la victoria definitiva sobre la muerte: para que comprendamos que sólo el que entrega su vida como servicio, a imitación de Cristo, la guarda para siempre.  Roguemos al Señor.

6.  Por nuestro mundo atormentado por la guerra, para que cesen, de una vez y  por todas, la guerra y el odio. Roguemos al Señor.





CANTO DE OFERTORIO



RE Mim LA7 RE
Entre tus manos está mi vida Señor,
RE Mim LA7 RE
entre tus manos todo mi existir. 
SOL LA7 Fa#m
Hay que morir para vivir,
SIm Mim LA7 RE
entre tus manos confío mi ser.

RE Mim LA7 RE
Si el grano de trigo no muere,
RE Mim LA7 RE
si no muere sólo quedará,
RE Mim LA7 RE
pero si muere en abundancia dará
RE Mim LA7 RE
un fruto nuevo que no morirá. 
SOL LA7 Fa#m
Hay que morir para vivir,
Sim Mim LA7 SOL ... RE
entre tus manos confío mi ser.
SANTO

Santo, Santo, Santo es el Señor
CORDERO DE DIOS

OH CORDERO DE DIOS
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO
TEN PIEDAD DE NOSOTROS, OH SEÑOR. (BIS)


OH CORDERO DE DIOS
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO
TÚ QUE QUITAS EL PECADO DEL MUNDO
DANOS LA PAZ.




CANTO DE COMUNIÓN



mi      SI7      mi   SI7              mi
Andando por el camino te tropezamos, Señor,
             SI7      mi    la        RE7       SOL
te hiciste el encontradizo, nos diste conversación.
  RE7        SOL    RE7               SOL
tenían tus palabras fuerza de vida y amor,
  la   SI7  mi   SI7               MI
ponían esperanza y fuego en el corazón


MI     SI7      MI         LA      MI
TE CONOCIMOS, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN.
LA                MI         SI7     MI
TÚ NOS CONOCES, SEÑOR, AL PARTIR EL PAN.


mi          SI7      mi    SI7              mi
Llegando a la encrucijada, Tú proseguías, Señor,
          SI7      mi    la       RE7      SOL
te dimos nuestra posada, techo, comida y calor;
   RE7         SOL  RE7               SOL
sentados como amigos a compartir el cenar,
  la    SI7 mi    SI7                MI
allí te conocimos al repartirnos el pan.


  mi    SI7       mi    SI7             mi
Andando por los caminos te conocimos, Señor,
          SI7     mi     la     RE7     SOL
en todos los peregrinos que necesitan amor;
   RE7         SOL   RE7                SOL
esclavos y oprimidos que buscan la libertad,
    la        SI7 mi     SI7                 MI
hambrientos, desvalidos, a quienes damos el pan.


ACCIÓN DE GRACIAS


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